Políticos intocables
POR MARCOS SANTOS.- “Solo hay una manera de evitar la crítica, no hacer nada, no decir nada, y no ser nadie”.
Esa frase fue publicada en sus redes sociales hace varios días por nuestro amigo comunicador Vladimir Ferreiras, y la verdad es que la misma es toda una joya.
Desde siempre han existido dirigentes políticos que son sencillamente intolerantes a las críticas, a los señalamientos, que en un momento dado hacen los medios de comunicación a su gestión al frente de una institución pública.
Y para evitar eso, esos dirigentes recurren a todo tipo de acciones, que van desde el chantaje, la extorsión, la discriminación, la exclusión, el descrédito, y una larga lista disponible a ser ejecutadas por sus espalderos y canchanchanes.
Incluso, los hay que llaman de manera directa al director o propietario de un medio para “ordenarle” que no publique tal hecho noticioso, porque eso afecta a los intereses de ese funcionario.
Así andamos, y quienes lo nieguen, o lo minimicen, están en su pleno derecho, pero sin dudas, estamos en una constante amenaza a la Libertad de Expresión y Difusión del Pensamiento en estos precisos momentos.
Vamos a estar claros, aquí hay algunos que pretenden censurar a los medios de comunicación.
Esos, quieren tener a los medios rendidos a sus pies, para que solo publiquen lo que les conviene, e insisto, quienes nieguen esa realidad, no viven en San Francisco de Macorís, o se hacen los pendejos, o los locos, o ambas cosas a la vez.
Muchos nos preguntamos, por qué un dirigente político tiene que llamar a un comunicador de manera privada para decirle que él lo estima, que son amigos, y para invitarlo a comer a un restaurante, si ese comunicador no ha incurrido en la difamación, ni en la injuria, y lo único que ha hecho es emitir una opinión o exponer un hecho noticioso que no les favorable a la imagen de ese político.
Pero también nos cuestionamos, por qué ese político, cuando dicen algo en los medios que no le conviene, no reclama su derecho a réplica y expone su punto de vista.
La respuesta a estas interrogantes, es porque simplemente los hechos son contundentes y no admiten defensa alguna.
De manera pues, que estamos ante la siguiente coyuntura.
O jugamos un rol crítico, con independencia, o nos arrodillamos ante el Poder Político, y desempeñamos un papel lastimero ante la sociedad.
Y a aquellas personas, que piensan y actúan como si el Estado fuera de su única propiedad, y lo utilizan para intentar aplastar a quienes lo cuestionan en su rol de funcionarios públicos, que sepan y que tengan muy en cuenta, que todo es pasajero, si no, pregúntele a muchos peledeistas que se creían dioses en la tierra, y hoy son simples ciudadanos.
Y a esos que aspiran a volver a dirigir instituciones públicas, que sean tolerantes, y no aniden en sus cabezas la absurda idea de que son intocables, que no pueden ser objetos de críticas o señalamientos de manera institucional, jamás en lo personal, esto último que quede bien claro.
Dejen que la prensa juegue su rol.
Ojo, pero si hay medios que no lo quieren jugar, y quieren estar bien con todo el mundo, ese es su criterio, y se le respeta, aunque no se comparte.
El que no quiere que lo critiquen, que no haga nada, que no diga nada, y que no sea nadie, y como diría el Torito, “que se mude”……